martes, 4 de marzo de 2008

los cuerpos quieren multiplicidad.

5 comentarios:

P dijo...

La "globalización" -término conveniente en estas épocas para much@s- se configura desde la asepsia respecto de los cuerpos y se sus goces. Los cuerpos son espacios de implosiones donde el territorio de lo público y de lo privado no deberían porqué rotularse y mucho menos explicitarse. Sin embargo, en nombre de la paz global se destruye para salvaguardar las comunidades amenazadas. Se sigue manteniendo la perversión o la abyección que produce asesinatos plurales: feminicidios, homicidios, genocidios, “panocidios” “como producto de la intensificación de la intolerancia contra ciertos sectores: inmigrantes ilegales, supuestos terroristas, grupos étnicos marginados (agrego -con sexualidades no homogéneas), portadores de ciertas enfermedades, practicantes de religiones foráneas y otros “sospechosos” de vulnerar las inmunidades comunitarias. Lo sorprendente es que el fundamento teórico, religioso, político o moral que sustenta esas prácticas tanáticas se elabora precisamente invocando la preservación de la vida” como señala Esther Díaz.
Se asesina o se intenta acallar aquello que sirva para borrar la diferencia de género, es decir las masculinidades y las feminidades. Y entonces, ¿dónde queda la “multiplicidad” genérica?

Gracias por esta apertura y por este (des) (en) casillamiento.

"Ya sin oficio verdadero
en una ciudad cada vez
más pulposa
mecánica"
Peri Rossi Las Musas inquietantes II

Eugenia

P dijo...

Una inquietud, Beatriz Preciado realiza alguna distinción respecto de las ¿trabajadoras sexuales?

Muchas gracias, y saludos desde una mañana fresca.

Eugenia

marco kreimer dijo...

Eugenia:
la pregunta por las distinciones me parece del todo atingente.
Beatriz se interesa en exponer lo tecnológico (y, por ende, no derivado de esencias o naturalezas) del sexo.
Un pusto ha sido especialmente comentado: el de los trans. Las dificultades para la asunción social de la faloplastia (los varones temerían, como pesadilla, la posible producción de su jactancioso apéndice por vías tecnológicas). Algo claro: a Preciado no le va tanto la defensa "social" de las "trabajadoras sexuales" como la producción tecnológica de un "sexo" que se presenta al modo de un trabajo social, una labor rutinaria destinada a reproducir una concepción constreñidora del cuerpo.
Me referí a la faloplastia, pues hay "trabajadoras del sexo" que han decidido la faloplastia. Hay, al respecto, una sorprendente reprobación "científica" al desarrollo de tales técnicas. ESO NO ES EN VANO. Preciado, hija maldita de la época de la deconstrucción, remarca que "no es natural" ese rechazo. Hay una historia de la producción de sexualidad que suele avasallar los cuerpos. Toca deconstruirla.
Seguiré pensando en tu pregunta.
Desde ya, bienvenida seas.

Otra cosa: pienso en abrir este blog a diversas posibilidades.
¿Me cuentas de tus predilecciones y placeres para tenerlos en cuenta?

Saludos,
Marco.

P dijo...

Marco, muchas gracias por tu respuesta. Es sumamente interesante la postura que toma Preciado respecto de los cuerpos y de las sexualidades. Mi pregunta no apuntaba a algo "social" sino más bien desde un punto de vista "pansexual".
Y creo que como "hijos de la deconstrucción" deberíamos tratar de asumir que los rechazos sociales, sexuales, genéricos, étnicos entre múltiples rotulaciones más no son naturales, son ideológicos. Más aún los que llevan connotación exclusiva.

¡Qué bueno diversificar el blog! Sobre mis predilecciones y acerca de mis placeres hay algo en mi perfil. Pero trataré de ser más específica.

Un saludo y gracias por incluir "ideas"

EN

P dijo...

Se extrañan las voces que los cuerpos acallan.